La estación central General Artigas fue inaugurada el 23 de junio de 1897, siendo librada al público el 15 de julio de ese año. La misma considerada monumento histórico fue la estación más importante del país con un total de 38755 metros cuadrados ofreciéndole al pueblo uruguayo un sistema de transporte rápido, innovador tanto para viajes turísticos y/o transporte de mercadería a lo largo del país.

Desde el año 2003 la estación permanece abandonada junto con su predio adyacente, generando un área importante en desuso dentro de la trama urbana , dando lugar a una zona con índices bajos de permeabilidad con respecto a la rambla Sud América.

Este sitio actualmente se encuentra latente con un alto valor patrimonial para nuestro país, teniendo el potencial de transformarse en un parque cultural público que amalgame los distintos estratos urbanos, revalorice sus elementos patrimoniales y le provea al ciudadano un lugar para desarrollar una amplia gama de actividades tanto culturales como recreativas.

Se proyecta un parque público de carácter lineal en el actual predio abandonado, abarcando además el área interior de la nave principal. Parque que se caracteriza por poner en valor la arquitectura presente, hay una transformación de la infraestructura industrial en un espacio
público de carácter cultural y patrimonial.

Se considera la implementación de vegetación predominantemente nativa como el principal y más fuerte elemento compositivo, la misma simula la vegetación propia de nuestro país. Un espacio que busca reactivar la zona de La Aguada en cuanto a flujo de peatones y espacio
público en conjunto con la bahía de Montevideo.

El paisaje uruguayo ha ido mutando a lo largo del tiempo debido al desarrollo y avance de la ciudad y la tecnología, este proyecto busca en las raíces, recordar nuestro «viejo país» de la mano del ferrocarril.

Se investiga un nuevo vínculo de la ciudad con la naturaleza y sus aguas urbanas. La recuperación y apropiación por parte de la ciudad de los humedales del arroyo Pantanoso en su cuenca baja, asociado a un nuevo enfoque de viviendas sociales con acento en la sostenibilidad ambiental.

A partir del Plan Parcial Chacarita, actualmente en elaboración en la Intendencia de Montevideo, se realiza esta propuesta que pone un énfasis especial en la sostenibilidad, el reciclaje, el empleo y la transformación del sitio de disposición final de residuos, la «usina5».

Las centralidades propuestas en Plan Chacarita se potencian, se identifican otras y se convierten en nodos ambientales y culturales. La Usina 5 participa de este sistema y se transforma en un parque.

Un parque inundable comienza resolviendo uno de los principales problemas que son las inundaciones. A raíz de esto se proyectan una serie de canales semientarrados inundables que generan «islas» a nivel. De esta forma se integra el arroyo Manga como parte del diseño y a su vez genera un paseo lineal que lo recorre en la totalidad de su longitud. Una de las intenciones del proyecto es generar a partir de pequeñas decisones de proyecto, una identidad barrial única. Para que el proyecto tome un carácter coherente en todas sus líneas decidimos utilizar el libro de Marcos Sastre «El temple Argentino» donde describe las especies de flora y fauna que se incorporan al proyecto.

Baroffio Respira, es fruto de un análisis y estudio profundo del parque y de su entorno mediato, identificando su singularidad, vinculado con necesidades reales de la comunidad y respondiendo a estrategias de mitigación del cambio climático.

Revival de alrededores al Arroyo del Molino. Así se plantea esta propuesta de intervención urbana, frente a zonas en estado de olvido, no solo promoviendo su uso sino que también su reactivación mediante: propuestas ambientales, promoviendo microclimas naturales y zonas de reforestación de especies autóctonas. Se trata de intervenciones que fomentan la integración entre usuarios, generando espacios de estanco al mismo tiempo que se construye un sentimiento de apropiación del espacio. Se aspira a un parque unificado, accesible, integral, natural y vivo. Donde la naturaleza ocupe el rol principal que se merece.

El Plan toma el nombre de la bacteria Ideonella, descubierta en 2016 por el Instituto de Tecnología de Kioto, en el interior de una planta de reciclaje de botellas de plástico. Ésta es capaz de descomponer el PET; material derivado del petróleo que genera un problema ambiental desde hace 70 años, debido al consumo masivo y la contaminación que genera al tardar de cien a mil años en degradarse, siendo de los materiales más contaminantes para el planeta.

El proyecto muestra diferentes formas de transformar los residuos para generar espacios públicos de calidad con métodos de construcción prácticos y sustentables que minimicen el consumo de agua y energía, incorporando a los vecinos en el diseño, aumentando la apropiación del espacio, generando equidad social, espacios públicos de calidad, fortaleciendo ciudadanía y volviendo a los orígenes de alma obrera del barrio Nuevo París.