El Plan Chacarita reelaborado con énfasis en la restauración ambiental y en la adaptación al cambio climático. En la propuesta se recupera el bañado como un parque de la biodiversidad, se proponen espacios de laminación urbanos a cielo abierto, corredores verdes e infraestructura para el uso de la bicicleta

El proyecto Menos Agua, Más Vida se crea con el objetivo de solucionar las problemáticas existentes vinculadas al mal funcionamiento de las redes de drenaje y saneamiento en el barrio Casavalle, Montevideo. Dicha situación genera efectos negativos en las actividades cotidianas de las personas que habitan la zona, exponiéndolas a riesgos mayores como lo son las enfermedades de transmisión hídrica.

El proyecto plantea un sistema general basado en 4 estrategias, cada una correspondiente a un lugar físico; Cañada Matilde Pacheco, Asentamientos Irregulares, Vía Pública, Espacios Recreativos Públicos.

El sistema tiene como objetivo conducir el drenaje de aguas pluviales (captadas y amortiguadas en espacios públicos) hacia la Cañada M.Pacheco, evitando inundaciones y reduciendo contaminación.

La estrategia que proponemos es concreta. Reconocer el territorio original y con ello mejorar la calidad de vida. Generamos suelo con capacidad de ser densificado. Los cursos de agua son los «nuevos» ejes, la topografía los límites. Planteamos reconocer los ciclos hidrológicos originales, que por ende son los más eficientes y minimizan riesgos de habitabilidad de la ciudad.

El proyecto se basa en la reactivación de los espacios públicos verdes existentes en aquellas áreas donde son preexistentes y en la generación de nuevos espacios en aquellas áreas verdes donde sea posible, con la finalidad de brindar espacios públicos de calidad a la comunidad local. Además, el proyecto apunta a la creación de un hábitat natural que funcione como espacio estratégico y que influya positivamente en la adaptación al cambio climático apostando al reverdecimiento del área y a la disposición de dispositivos de reciclaje que ayuden a la recolección de residuos para mantener el barrio en óptimas condiciones.

Se eligen distintas zonas que conforman Casavalle donde posteriormente se va a intervenir en puntos específicos que fueron elegidos teniendo en cuenta los espacios públicos que tiene cada barrio y en qué condiciones se encontraban, lo que nos permitió poder clasificarlos y pensar el tipo de intervención mas adecuada.

En el año 1959, doce países firmaron el Tratado Antártico, un documento que establece un marco legal para la gestión del continente blanco; promoviendo la investigación científica y la cooperación. Uruguay es miembro activo con voz y voto en dicha organización habiendo reservado todos los derechos que le correspondieren a futuro en caso de cambiar las condiciones de gestión ambiental/territorial que rigen el tratado.

El Tratado Antártico será abierto para entrar en revisión en el año 2048 y Uruguay tiene voluntad de ubicarse entre los países más desarrollados del tratado para llegar en buena posición a la revisión, por esto, existe una agenda país activa en materia científica, que planifica las principales directrices a llevar a cabo.

El proyecto actúa de forma multiescalar, con énfasis en una intervención en la Base Científica Antártica Artigas que atiende las preocupaciones de la comunidad científica y reflexiona sobre la forma de intervenir un territorio tan particular e inexplorado.

En los últimos años existe una demanda creciente por incorporar criterios de sostenibilidad en programas edilicios públicos. Esta instancia pretende identificar aspectos de una Edificación Sostenible para reducir los impactos ambientales del hábitat construido, y adaptarse a la variabilidad climática.

Los métodos de evaluación ambiental implementados en países industrializados no responden a la situación de Uruguay, con el agravante de elevados costos de verificación y certificación (Comisión Medio Ambiente, 2001). A pesar de esto, cuando se proyecta en arquitectura no se tiene en cuenta el impacto ambiental que el proyecto determinará a lo largo de su vida útil. Tampoco se valoran los efectos que provoca la combustión de los recursos no renovables para que éste logre y mantenga condiciones de confort para sus ocupantes. Si bien Uruguay no es uno de los países que emite mayor

cantidad de gases de efecto invernadero, si está siendo sometido a los cambios climáticos que se están produciendo. Paralelamente a esta situación, según el informe de gases de efecto invernadero para la Tercera Comunicación Nacional, el sector energía sería el responsable del 94% de todas emisiones de Uruguay. A partir de la información de la Dirección Nacional de Energía y Minería de 2008, se observa que el sector residencial genera el 23% de la demanda energética. Esta tesis investiga sobre lo construido en la década del `90 aplicando para su análisis la Evaluación Ambiental Estratégica (EAE) a un programa habitacional: Precio Proyecto Terreno, PPT, del Ministerio de Vivienda Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (MVOTMA). Se centra en cómo esta metodología aplicada a los PPT, funciona como una herramienta que interactuará durante todo el proceso de gestión habitacional (definición del programa, llamado a licitación, llamado a interesados, adjudicación, seguimiento de obra y post-obra), enfocándose en la toma de decisiones estratégicas ambientales. Pero no sólo resulta ser adecuado para valorar la protección del medio ambiente, sino también para la obtención de diseños y propuestas más sostenibles que aumenten la calidad de vida de sus ocupantes en una futura planificación. Se reelaboraron cuatro de los principios de desarrollo sustentable determinados por el Ministerio para el área costera (DINAMA, 2010), estos son: Calidad de vida y equidad social; desarrollo económico; preservación de los recursos ambientales y patrimonio cultural; el ordenamiento equilibrado del territorio y el diseño ambientalmente consciente. Se seleccionaron 34 indicadores para la aplicación de la EAE en un programa habitacional el Precio Proyecto, Terreno (PPT) del área metropolitana de Montevideo.

Los mismos brindan datos a cinco áreas de interés para la toma de decisiones que aportan parámetros cuantificables a cuatro principios del desarrollo sustentable:

Calidad de vida y equidad social
Uso responsable, conservación y recuperación de los recursos ambientales y del patrimonio cultural (tangible e intangible)
Desarrollo económico ético, responsable y solidario
Ordenamiento equilibrado y racional del territorio
Diseño ambientalmente consciente
Estos parámetros permiten decidir cuáles de las alternativas de diseños habitacionales son más adecuadas desde el punto de vista del desarrollo sustentable y la planificación ambiental del territorio.

De los 34 indicadores previamente mencionados se aplican solo los indicadores de manejo de energía y aire a las viviendas construidas en la década de los 90 por el MVOTMA a los llamados del Programa PPT, siendo el resto no aplicables ya que las viviendas están realizadas y habitadas. En los llamados a licitación de este programa se ponderan aspectos del diseño que no son cuantificables, por este motivo y de acuerdo a los principios previamente establecidos se simulan a través del programa Energy Plus 2.0.0 modelos de las viviendas con distintas alternativas de diseño para los escenarios futuros de emisiones A2 y B2. La simulación computacional que incorpora el impacto del cambio climático en el consumo de energía y las emisiones de gases GEI, en los cuatro modelos de vivienda teóricos ubicados en el área metropolitana de Montevideo, determinó:

(1) La complejidad para la selección de la base climática y sus supuestos. Las decisiones tomadas en estos aspectos tienen un impacto directo sobre las incertidumbres inherentes a los resultados computacionales

(2) El cambio climático que se prevé conduce a una ligera disminución en la emisión anual de carbono al pasar el tiempo reflejado en el menor consumo de energía, con una incertidumbre relativamente estable en las predicciones. Como el período frío en Montevideo es el que presenta mayor rigor climático, puede utilizarse al aumento de temperatura para impulsar una reducción de las emisiones de carbono y un menor consumo asociado en el sector residencial. Los cambios en el factor de conversión de gas de efecto invernadero a electricidad alterarán significativamente las emisiones de carbono calculado; ya que los valores de conversión dependen de la matriz energética del país. Si consideramos las expectativas del país en contar con energía limpia, la cuantificación de las emisiones disminuirá.

(3) Se entiende que la arquitectura puede aportar más a la adaptación al cambio climático que a la mitigación debido a que todas las viviendas evaluadas, en la realidad presentan temperaturas por debajo del rango de confort en un porcentaje alto de horas en el período frío, por tanto los usuarios que estamos evaluando subconsumen energía, determinando bajas emisiones de gases de efecto invernadero. Ese consumo de energía por debajo del que sería necesario para lograr bienestar térmico todo el año está explicado por el costo de la energía y el nivel de ingresos. Como hipótesis, si sube el ingreso sube el consumo de energía.

(4) Las construcciones ambientalmente conscientes serán las que manejen estrategias de diseño tanto del período caluroso (protecciones solares en cerramientos vidriados, sombreamiento y ventilación natural) como del frío (bajas transmitancia térmica de la envolvente y control de infiltraciones), siendo el manejo de los flujos de energía en el tiempo fundamental debido al aumento de eventos extremos (disponer de masa térmica aislada), así como la variabilidad climática. El ahorro de energía pagaría la mayor inversión económica inicial y en los 30 años se estaría ganado dinero.

La adopción de estos diseños se convierte en una estrategia fundamental para la mitigación y la adaptabilidad al cambio climático, así como para el aumento de la calidad de vida de los usuarios. Es un primer intento de selección de diseños con criterios cuantificables.