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En Uruguay se construye un número muy significativo de viviendas sociales sujetas a subsidio de vivienda nueva, debido a las dificultades que tiene un sector de la población en acceder a una vivienda propia en el marco de un mercado inmobiliario costoso. Según los datos del Plan Quinquenal de Vivienda 2015-2019, en el período anterior (2010-2014) se construyeron 25.319 viviendas nuevas de interés social por parte del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (MVOTMA). El Estado realiza una fuerte inversión social para resolver el problema del déficit habitacional, con un importante énfasis en el mejoramiento de la calidad de vida de la población socioeconómicamente vulnerable. Si bien se ha trabajado durante años en el desarrollo de estas viviendas, aún existen oportunidades para mejorar su diseño. Dentro de los aspectos a mejorar se entiende fundamental la promoción de la incorporación de criterios de eficiencia energética y seguridad, tanto en el uso de los servicios básicos, como en el diseño y construcción de estas viviendas de interés social. La población de análisis de este trabajo es la que se encuentra entre el primer y el tercer decil (ingresos máximos de 60 UR) y que corresponde a tres tipos de programa habitacional, los de acceso a la vivienda (Programa Mejoramiento de Barrios, PMB, viviendas del Movimiento de Erradicación de la Vivienda Insalubre Rural ,MEVIR, para la población socialmente más vulnerable y el Plan Juntos) y el de mejora del stock dentro del PMB. El estudio de estos programas se centrará en lo desarrollado entre los años 2005 y 2018.

El sector Residencial representa el 39% del consumo de energía eléctrica total del país, mostrando así su importancia . El consumo de energía en los sectores de menores recursos no permite conseguir condiciones de temperatura interior dentro de los rangos de confort térmico, 18°C a 24°C, durante gran parte del período frío . Probablemente el mejoramiento térmico en las viviendas de estos sectores no necesariamente producirá una disminución significativa de la energía de calefacción, debido a que la población más pobre del país seguirá destinando pocos recursos económicos para climatizar sus viviendas en invierno. Sin embargo, por bajo que sea este gasto, una vivienda de mejor comportamiento térmico implica un uso más eficiente de la energía, pero más importante aún, mejorará la calidad de vida al aumentar las condiciones de confort en el ambiente interior. Es en este último sentido que también debe usarse el concepto de eficiencia energética en viviendas, sobre todo en viviendas sociales, y se debe atacar lo cualitativo del diseño de las viviendas. Complementariamente, la eficiencia energética depende en última instancia del comportamiento de los usuarios, cuyas conductas responden a factores culturales.

UTE ha venido desarrollando desde hace muchos años políticas específicas en zonas de vulnerabilidad socioeconómica, con el objetivo de favorecer la inclusión social de estos segmentos de la población, y además atacar el problema de las pérdidas no técnicas de energía. En 2014 se firmó un convenio UTE-MIDES para la articulación entre ambos organismos, con el objetivo de implementar el uso más eficiente y seguro de la energía eléctrica por parte de los hogares de menores recursos relativos. Desde el Directorio de UTE se ha enfatizado en la necesidad de coordinación entre los diferentes organismos para lograr una mejor eficacia de las políticas sociales y energéticas. Esto implica la implementación de medidas que promuevan el acceso en forma regular y segura al servicio eléctrico y el fomento de la cultura de pago por los servicios recibidos. En este sentido se han desarrollado también articulaciones con la Dirección Nacional de Energía (DNE) y la Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Pórtland (ANCAP) para la incorporación de otros energéticos, como por ejemplo el super gas.

Resulta de gran relevancia para UTE la elaboración de un trabajo que identifique elementos de mejora en el proceso global que involucra varias instituciones. La mejora en el diseño energético de las viviendas, tanto en lo que respecta a la eficiencia de los elementos constructivos (envolvente), como a la planificación de la infraestructura que determina los usos de energía, permitiría mejorar la sustentabilidad de los procesos de inclusión social llevados adelante por UTE.

http://adapta.fadu.edu.uy/wp-content/uploads/2020/10/presentacion_ute_idea_15-1.pdf

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