Se plantea la activación de la costanera de la cañada Jesús María a partir de un proyecto integrador del colectivo barrial.

Se plantea la conexión del Parque de Restauración Ambiental (tramo bajo de la cuenca baja del PPAP) con un nuevo parque a ubicar en el entorno de la Central Térmica de Respaldo(UTE) sobre la Avda. Millán y Alberto Gómez Ruano. Este nuevo parque no solo dará servicio a toda esta zona muy poblada con cooperativas de viviendas sino que será un nodo articulador hacia el norte, integrándose al proyecto en tramo 3 (La Tablada) del PPAP. La conexión planteada será posible mediante un parque lineal que seguirá el recorrido de la Cañada Jesús María. La conformación del parque permitirá aproximarse al curso y recorrer longitudinalmente sus márgenes a través de una vialidad de borde que incorpore sendas aeróbicas peatonales y ciclovías.

El parque lineal articulará tres ejes programáticos: la recreación, el esparcimiento y la huerta urbana, articulándolo con diferentes instituciones públicas y privadas del entorno. En el caso de la recreación y el esparcimiento se generará una «red verde», interconectando espacios ya definidos (Estadio Parque Salus, Club San Francisco, Cancha Estrella Federal, Plaza Monterroso, etc.) con otros potenciales espacios verdes en la zona.

Un parque inundable comienza resolviendo uno de los principales problemas que son las inundaciones. A raíz de esto se proyectan una serie de canales semientarrados inundables que generan «islas» a nivel. De esta forma se integra el arroyo Manga como parte del diseño y a su vez genera un paseo lineal que lo recorre en la totalidad de su longitud. Una de las intenciones del proyecto es generar a partir de pequeñas decisones de proyecto, una identidad barrial única. Para que el proyecto tome un carácter coherente en todas sus líneas decidimos utilizar el libro de Marcos Sastre «El temple Argentino» donde describe las especies de flora y fauna que se incorporan al proyecto.

El objetivo principal de este proyecto es desarrollar una estrategia que considere la arquitectura existente en Ciudad Vieja y dé lugar a proyectos de vivienda de interés social con nuevas formas de habitar colectivo.

Recuperar de esta manera el patrimonio histórico y cultural de la ciudad para apostar a nuevas actividades de carácter social que son parte del desarrollo urbano de nuestra ciudad, evitan la desvalorización de la zona y además velan por el derecho a una vivienda accesible para todos. Este análisis busca re-pensar problemáticas actuales asociadas al abandono edilicio y aportar a la consideración de los procesos sociales que son parte del desarrollo de la ciudad.

El proyecto se enmarca dentro de un pensamiento urbano futurista, basándose en utopías urbanas como “New Babilon” de Constant o “Ciudad Espacial” de Yona Friedman, las cuales plantean una imagen urbana no tradicional para la sociedad del futuro, teniendo en cuenta la transformación constante del mundo. Allí, el avance tecnológico permite visualizar un nuevo tipo de ciudad, una ciudad condensada donde lo preexistente y lo novedoso conviven y se retroalimentan mutuamente. Una comunidad que toma el pasado como punto de apoyo para crear un futuro repleto de diversas formas de vivir.

En un mundo en constante cambio, no es difícil pensar en una abrupta sobrepoblación urbana. Teniendo como hipótesis la transformación de la densidad montevideana en un 500% mayor, se plantea un proyecto radical, pero con un punto de partida claro, reprogramar lo existente y generar nuevos espacios con puntos claros de sustentabilidad, en busca de un Montevideo Futuro Utópico.

Baroffio Respira, es fruto de un análisis y estudio profundo del parque y de su entorno mediato, identificando su singularidad, vinculado con necesidades reales de la comunidad y respondiendo a estrategias de mitigación del cambio climático.

Revival de alrededores al Arroyo del Molino. Así se plantea esta propuesta de intervención urbana, frente a zonas en estado de olvido, no solo promoviendo su uso sino que también su reactivación mediante: propuestas ambientales, promoviendo microclimas naturales y zonas de reforestación de especies autóctonas. Se trata de intervenciones que fomentan la integración entre usuarios, generando espacios de estanco al mismo tiempo que se construye un sentimiento de apropiación del espacio. Se aspira a un parque unificado, accesible, integral, natural y vivo. Donde la naturaleza ocupe el rol principal que se merece.

El Plan toma el nombre de la bacteria Ideonella, descubierta en 2016 por el Instituto de Tecnología de Kioto, en el interior de una planta de reciclaje de botellas de plástico. Ésta es capaz de descomponer el PET; material derivado del petróleo que genera un problema ambiental desde hace 70 años, debido al consumo masivo y la contaminación que genera al tardar de cien a mil años en degradarse, siendo de los materiales más contaminantes para el planeta.

El proyecto muestra diferentes formas de transformar los residuos para generar espacios públicos de calidad con métodos de construcción prácticos y sustentables que minimicen el consumo de agua y energía, incorporando a los vecinos en el diseño, aumentando la apropiación del espacio, generando equidad social, espacios públicos de calidad, fortaleciendo ciudadanía y volviendo a los orígenes de alma obrera del barrio Nuevo París.

El Plan Chacarita reelaborado con énfasis en la restauración ambiental y en la adaptación al cambio climático. En la propuesta se recupera el bañado como un parque de la biodiversidad, se proponen espacios de laminación urbanos a cielo abierto, corredores verdes e infraestructura para el uso de la bicicleta