El presente trabajo además de la reflexión sobre la situación actual de los ecosistemas asociados a cursos de agua dentro del ámbito urbano y los impactos negativos de degradación en que hoy se insertan, busca a través del diseño de paisaje, como herramienta fundamental para la intervención urbana, la forma en que se pueden revertir ciertos procesos y aspectos negativos que este tipo de situación genera en el entorno y las personas que habitan en él.

El proyecto Parque Anfibio se concibe como mejora y rehabilitación del parque existente sobre el Arroyo San Carlos, en la ciudad del mismo nombre del Departamento de Maldonado, en diálogo con las fluctuaciones del agua propias de la zona y a los ecosistemas asociados.

La propuesta consiste en combinar varias estrategias que atienden a las diferentes necesidades, desde la infraestructura y soportes necesarios para las diversas actividades como para potenciar las características naturales del lugar en los diferentes estadios del arroyo. Se busca convertir la condición de inundabilidad del parque y su connotación negativa en el motor central del proyecto, logrando de esta manera un fuerte elemento de identidad.

El proyecto se estructura en dos situaciones que se reconocen como primordiales a partir del estudio del paraje: una trama estructuradora y soportes anfibios. En ellos reconocemos diferentes estados que permiten generar diversas circunstancias a medida que acompañan las variaciones del arroyo a lo largo del año. Nos propusimos intervenir con elementos que nos permitieran flexibilidad y adaptabilidad en el espacio: una pasarela de madera o cinta de Moebius (con sus características de no orientable, de una cara y un borde) ondulando en el terreno con variaciones de espesores y alturas, potenciando la interacción directa entre la ciudad, el parque y el agua; y la incorporación de mobiliario distribuido de manera “puntual “en la superficie reconocida como lugar para el esparcimiento de las personas a nivel terrestre, el registro y la creación de recorridos lineales que permiten pasear por el parque , así como la contención o no de algunas actividades grupales.

Estos elementos nos permitieron acreditar las pre-existencias, las fluctuaciones del arroyo, la topografía, la vegetación y crear un proyecto que habilita nuevas posibilidades reconociendo los estados temporales del sitio.

La estación central General Artigas fue inaugurada el 23 de junio de 1897, siendo librada al público el 15 de julio de ese año. La misma considerada monumento histórico fue la estación más importante del país con un total de 38755 metros cuadrados ofreciéndole al pueblo uruguayo un sistema de transporte rápido, innovador tanto para viajes turísticos y/o transporte de mercadería a lo largo del país.

Desde el año 2003 la estación permanece abandonada junto con su predio adyacente, generando un área importante en desuso dentro de la trama urbana , dando lugar a una zona con índices bajos de permeabilidad con respecto a la rambla Sud América.

Este sitio actualmente se encuentra latente con un alto valor patrimonial para nuestro país, teniendo el potencial de transformarse en un parque cultural público que amalgame los distintos estratos urbanos, revalorice sus elementos patrimoniales y le provea al ciudadano un lugar para desarrollar una amplia gama de actividades tanto culturales como recreativas.

Se proyecta un parque público de carácter lineal en el actual predio abandonado, abarcando además el área interior de la nave principal. Parque que se caracteriza por poner en valor la arquitectura presente, hay una transformación de la infraestructura industrial en un espacio
público de carácter cultural y patrimonial.

Se considera la implementación de vegetación predominantemente nativa como el principal y más fuerte elemento compositivo, la misma simula la vegetación propia de nuestro país. Un espacio que busca reactivar la zona de La Aguada en cuanto a flujo de peatones y espacio
público en conjunto con la bahía de Montevideo.

El paisaje uruguayo ha ido mutando a lo largo del tiempo debido al desarrollo y avance de la ciudad y la tecnología, este proyecto busca en las raíces, recordar nuestro «viejo país» de la mano del ferrocarril.

La idea fuerte del proyecto es generar una conexión entre la cuidad y el parque natural del arroyo, por medio de una cinta sinusoidal, esta nos permite realizar el recorrido tanto por dentro como por encima de los arboles y el arroyo. Se trazaron directrices desde las calles del entramado de la ciudad y donde se intersectan con la cinta ahí se generaban las actividades. Este recorrido lo que busca es generar distintas atmósferas y sensaciones en los visitantes ya que en momentos podemos estar adentro del monte o por encima del mismo. Hubo un estudio de la cinta para no interferir en el ecosistema evitando la extracción de arboles y remodelar lo mínimo posible el terreno natural ya que vimos necesario la conservación del espacio natural al cual nos estábamos enfrentando.

Se investiga un nuevo vínculo de la ciudad con la naturaleza y sus aguas urbanas. La recuperación y apropiación por parte de la ciudad de los humedales del arroyo Pantanoso en su cuenca baja, asociado a un nuevo enfoque de viviendas sociales con acento en la sostenibilidad ambiental.

Nuestros montes nativos, son elementos imprescindibles al momento de ilustrar la cultura, historia y relación con el ambiente de los uruguayos. Éstos son elementos que nos identifican como territorio real e imaginario, como país. Participan en la regulación y conservación de varios recursos, aunque con la depredación causada por el hombre han perdido muchos de sus beneficios. Es por ellos que consideramos los frutos nativos tan importantes y una fuente de inspiración proyectual.

Se pretende volver a nuestras raíces, fomentar la conservación de la flora autóctona y re-adaptar el paladar del uruguayo contemporáneo. Se propone un edificio que se relaciona con el medio fundamentalmente a través de las visuales, con un programa que busca la inmersión y redescubrimiento de lo que es nuestro, de los montes nativos y sus frutos. El edificio consiste en un complejo con alojamiento y restaurante así como con talleres, sala de conferencias y zona de producción.

Se plantea la activación de la costanera de la cañada Jesús María a partir de un proyecto integrador del colectivo barrial.

Se plantea la conexión del Parque de Restauración Ambiental (tramo bajo de la cuenca baja del PPAP) con un nuevo parque a ubicar en el entorno de la Central Térmica de Respaldo(UTE) sobre la Avda. Millán y Alberto Gómez Ruano. Este nuevo parque no solo dará servicio a toda esta zona muy poblada con cooperativas de viviendas sino que será un nodo articulador hacia el norte, integrándose al proyecto en tramo 3 (La Tablada) del PPAP. La conexión planteada será posible mediante un parque lineal que seguirá el recorrido de la Cañada Jesús María. La conformación del parque permitirá aproximarse al curso y recorrer longitudinalmente sus márgenes a través de una vialidad de borde que incorpore sendas aeróbicas peatonales y ciclovías.

El parque lineal articulará tres ejes programáticos: la recreación, el esparcimiento y la huerta urbana, articulándolo con diferentes instituciones públicas y privadas del entorno. En el caso de la recreación y el esparcimiento se generará una «red verde», interconectando espacios ya definidos (Estadio Parque Salus, Club San Francisco, Cancha Estrella Federal, Plaza Monterroso, etc.) con otros potenciales espacios verdes en la zona.